Caminaba por Lastarria y me crucé con Warnken, el de La Belleza de Pensar. Recordé las cartas al Mercurio, las pocas noticias que han dado acerca de que la productora hasta hace poco a cargo del programa, no llegó a acuerdo con Canal 13 y como éstos inscribieron la marca, han decidido continuar con el espacio produciéndolo ellos y a cargo de un nuevo conductor.
No me atreví a detenerlo y expresarle mi apoyo y pesar en que deje ese espacio de entrevistas único en nuestro país. Debe recibir saludos de ese tipo todos los días, pero se notaba tristeza en su espigada figura.
El tema de La Belleza, da para varios temas. Por una parte está aquella nefasta práctica de Canal 13 de inscribir las marcas de los programas que productoras privadas han inventado y vendido al canal del angelito. Ya pasó con Biografías, programa que realizaba la productora Nueva Imagen (NI) y que ahora Canal 13 realiza por su cuenta sin que NI tenga derecho alguno sobre una idea que, hasta donde sé, fue de ellos. Ahora pasa lo mismo con La Belleza. Prescinden sin más de quienes crearon el formato (MW), se hacen de la marca y te dan con la puerta en la cara si el negocio no les resulta tan rentable como ellos planean. Y luego, el canal tiene el sartén por el mango. NI o MW podrían demandar judicialmente que la marca les pertenece y que Canal 13 hace uso indebido de una obra del intelecto sobre la que no tienen autoría, pero de ganar las productoras, sólo lograrían que el canal no les compre nunca más alguno de los formatos que ofrecen. Nuevamente pierde la gente creativa y a quienes vemos la pantalla nos rellenan con repeticiones de teleseries ochenteras.
El otro tema es la famosa parrilla cultural de nuestros canales. Ni TVN, el canal de todos, se ha salvado de las multas que aplica el CNTV, por no cumplir con la norma que obliga a programar un determinado número de horas semanales de programas “culturales”. Insólito. Mucho Rojo y mucho Cómplices. Vuelve el eterno tema de la tele que queremos, de la tele que necesitamos, etc, etc. De que la tele es un medio de comunicación social pero a la vez es un negocio, como lo son la mayoría de las cosas hoy. Al final se produce la falacia del focus group. Cuando a uno le preguntan, todos opinan como les gusta que los otros los vean, pero en realidad están lejos de ese estereotipo que reportan. Todos decimos que queremos más “cultura” en la tele, pero si la hay, no la vemos. Sigo viendo a Warnken que dobla por Villavicencio y se pierde en una puerta. Yo me quedé parado como si un espíritu hubiera pasado por mi lado, y quizás así era. Me pregunto quién estaría dispuesto a reemplazar a ese profesor de castellano, conduciendo un nuevo ciclo de La Belleza. Dudo que haya alguien que pueda hacerle el peso. Cristian dejó la vara muy alta. Voy a extrañar sus conversaciones, esa belleza de pensar.
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