IDEAS SIN CORCHETES NI HOTMELT
Cambiarse de casa tiene sus razones. Es justo y necesario. En verdad es justo y necesario.
Si bien la idea de las Páginas Sueltas nunca fue rememorar nada, dejémoslo claro de inmediato. Tambor no se hacía con una persona. Éramos muchos, pero el blog tenía un solo columnista, con nombre y apellido. Sin cargo, jefe ni dependientes, y los nombres, a veces, pesan, y como esto de los blogs es más bien para jugar, no quiero tomármelo muy en serio. Ya tengo suficiente.
Por eso, me mudo a un lugar con nombre y apellido. http://rodrigoferrari.blogspot.com. Me atrincheraré para rabiar y alegrarme a través de estas Revelaciones Chúcaras.
Dudo que tenga el número de visitas que tenía las Páginas, pero los números al final son sólo eso. Yo tengo mi lectora fiel y con eso me basta, aunque ella prefiera mi letra intensa, antes que el frío tecleo.
Cambiarse es una lata, pero necesario. Pero peor aun. Cambiarse de casa significa no sólo guardar todo. Sino sacar y volver a reorganizar todo en el nuevo luoco.
Gracias a la divina providencia, a la que por estos días me he sentido más cerca. La tecnología, a la hora de cambiarse de hogar cibernético, simplifica bastante el asunto. El copy-paste funciona sin baches. Se trata de pasar un par de archivos, unos textos guachos que aguardan pacientes ver la luz y unas fotos locas por ahí que se entretienen solas en sus recuerdos.