IDEAS SIN CORCHETES NI HOTMELT
La del lunes pasado fue mi última columna en Letra Chica.
Siento dejar le proyecto, pero es mejor hacerlo antes de que sea más complicado buscar un reemplazo cuando la cosa esté andando.
Nunca entendí bien para dónde iba la Letra. Quizás confabuló a ello el hecho de no haber podido participar en las reuniones que le dieron forma. Estoy mal acostumbrado a involucrarme mucho en las cosas que invento y, en este caso, en las que termino metiéndome. Por alguna razón me sentía ajeno, pero no es ese el motivo que me hizo desvincularme.
La culpa, para variar, la tiene el Derecho.
Mi vida se ha transformado en una rutina de lectura y estudio que me tiene podrido. Sólo el hecho de saber que cada fin de semana la veré a ella, me ayuda continuar sin terminar tirando todo por la ventana.
Me persigue la sombra de la derrota de enero pasado. Me ronda el temor de poder llegar a fallar nuevamente. Círculo vicioso y peligro de profecía auto cumplida. Lo sé, pero es inevitable que la imagen del fracaso no se me pase por la cabeza mientras estudio.
La cotidianeidad me secó el cerebro. Mi imaginación anda dando vueltas perdida en algún recóndito lugar de mi cabeza. Mi inspiración duerme una siesta eterna hasta que, de vez en cuando, se cae de la cama y se da un paseo por mis sentidos. Por eso siempre tengo al lado mis hojitas donde escribo cada pelotudez que se me ocurre y todas aquellas cosas que pretendo hacer cuando termine con este trámite.
Falta poco, cada vez menos. The Countdown Start.