Hace unos días salieron con bombo y platillos,
los resultados de una encuesta realizada por la
Fundación Futuro tendiente a estimar qué tan "cultos" son los chilenos, a través de una serie de preguntas de conocimiento sobre lo que se llama cultura general.
La nota promedio de los encuestados fue de 4,1. Todos sabemos que es una mala nota, que si bien te permite aprobar, lo hace de una manera bastante poco digna, salvando, diríamos. Afortunadamente y a pesar de lo que ha intentado hacer la Fundación, no son muchas las conclusiones que se han sacado a propósito de la encuesta. No salió la directiva de la Alianza a decir que la Concertación ha fracasado en su intento por educar al país y que todo está patas para arriba.
Hice
la súper encuesta y le erré a una (no sabía quién había descubierto la penicilina), lo que equivale a un 6,6. El tema es que este tipo de encuestas poco tienen que ver con la calidad de la educación en los colegios.
A muy pocas de las preguntas recuerdo haberle encontrado respuesta en la etapa escolar. La mayoría de ellas tienen que ver con la propia curiosidad y ánimo de estar informado sobre algunas cosas. Las diferencias entre estratos socioeconómicos no debería sorprender a nadie en la medida que familias de menos ingresos no tienen piezas con libros y enciclopedias, o la posibilidad de leer el diario todos los días. El ser humano, una vez que resuelve sus necesidades básicas, que tienen que ver con la salud, la alimentación y la vivienda, puede recién preocuparse de cultivar el alma. Existiendo aun un alto número de familias para las cuales las necesidades bpasicas están lejos de estar resueltas, no se le puede pedir que además sepan quién recibió el premio Nobel de la paz el 2007.
La encuesta en sí me parece entretenida, como para pasar el rato, pero de ahí a hacerla fuente de grandes conclusiones me parece algo forzado, toda vez que el diagnóstico está claro hace bastante tiempo. La gente no tiene un minuto al día para mejorar su acervo cultural y menos plata para libros, museos e internet. Un cabro chico, em vez de ir a una biblioteca municipal tiene que hacer unas monedas empaquetando las compras de otros, un papá, que llega chato de la pega y que no está para leer elmerculo, por lo que prefiere ver a Morande & Cia. Y un triunfo avallasador de la campaña por la idiotización de la gente, en la que uno de sus principales promotores es
el mismo caballero que encarga estos estudios, propietario de
uno de los canales de televisión que más apuesta por mantener a la gente en un estado en inconsciencia a punta de amarillismo noticioso, farándula, pesimismo y banalidades. No se puede jugar en ambos equipos, don Sebastián, simplemente no se puede. Porque al final la gente no le va a creer. - foto_
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