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Hace un tiempo que estoy cultivando una muy mala costumbre. No tomar desayuno.
Se supone que es la comida más importante del día y yo me encargo de obviarla y llegar a la oficina con el sólo gustillo de la pasta dental en mi boca. Allá me encargo de llenarme el estómago con varios tazones de té entre las 8 y las 13 hrs. Luego el almuerzo.
Pero, afortunadamente no todo está perdido, señores. Gran parte de la población mundial -que puede darse el lujo- toma su desayuno como corresponde y una muestra de aquello es este ensayo fotográfico realizado por el fotógrafo Jon Huck, titulado -cómo no-
Breakfast.
En él, personas y sus desayunos dan cuenta de la variedad de gustos y necesidades protéicas mañaneras. Parece que tendré que hacer algo al respecto. ¿Alguna recomendación?
Etiquetas: fotografía