No era a las 22 sino que a las 23 hrs, pero finalmente ayer dieron el programa
Piel de Jaguar acerca del proyecto
Pascua Lama.
Una de las cosas que se agradece es que finalmente se puede entender cuáles son los problemas y versiones del proyecto. Uno se queda más con las imágenes de ambientalistas lanzando hielo a las oficinas de
Barrick en Santiago o tipos manchados con pintura roja frente a las oficinas del Gobierno Regional. Uno muchas veces piensa que estos escándalos no son más que berrinches de unos pocos aburridos que no soportan el progreso, pero no.
El tema de Pascua Lama va mucho más allá y se trata de un conflicto que se hace cada vez más común en nuestro entorno. La tensión entre la libertad económica y la protección de otro tipo de derechos y garantías constitucionales como el de vivir en un medio ambiente libre de contaminación, el de afectación del entorno y daño a la calidad de vida, e incluso el mismo derecho de propiedad en la medida que iniciativas económicas dificultad o limitan arbitrariamente mi prerrogativa de disfrutar lo que es mío, o lo que tengo. Este conflicto lo vivimos cuando nos instalan una antena de celular al lado, o una farmacia o un Jumbo, etc.
Finalmente logro darle sentido y detalles importantes a mi gran ignoracia sobre Pascua Lama y uno queda con la sensación, como dijeron en el programa, que la minera inglesa está sólo afinando los detalles de un buen negocio. Negocio en el cual ya han invertido millones de dólares para limpiar su imagen ante la comunidad de
Huasco, dar ciertos incentivos a algunas autoridades por cuya mano pasa la decisión sobre el proyecto. Mal que mal este proyecto les reditará en grande y todo esto puede considerarse una inversión.
Las explicaciones (incluso con gráficos) son lo suficientemente claras como para formarse una opinión sobre Pascua Lama. Se está arrasando con un micro clima a cambio de varias toneladas de oro de las que veremos un porcentaje. La pregunta al final es ¿vale la pena?. En esta disputa ¿quién tiene un mejor derecho? Una minera inglesa que quiere explotar un yacimiento de oro o un valle que vive de unos glaciares que serán destruidos y con ello su agricultura y la calidad de vida de cerca de 70 mil habitantes que dependen de esas aguas. Como decía alguien, aquí el tema es oro o agua y las guerras del mañana no serán por las fronteras, no serán por las comunicaciones, no serán siquiera por el petróleo. Serán por el agua. - Notas sobre el proyecto en
La Nación,
Greenpeace y
Olca.
Etiquetas: nacional